LIBROS HISTORICOS/ REYES I - II
LIBRO DE LOS REYES
I Reyes (hebreo ' מְלָכים א, Melajim Álef), es uno de los libros del Antiguo Testamento de la Biblia y del Tanaj. Tanto en la Biblia católica como en la judía, es precedido por el Segundo Libro de Samuel, y sucedido por el Segundo Libro de los Reyes. Se lo conoce también como "1 Reyes", "Libro Primero de los Reyes", o "III Reyes" (en los LXX y la Vulgata latina).
• División del libro original
Originariamente, I Reyes formaba un solo rollo con II Reyes y I y II Samuel. El importante tamaño del libro debe haber impulsado a alguien a dividirlo en cuatro partes más manejables, convirtiéndolo en cuatro rollos más pequeños.
Por lo tanto, a todos los efectos prácticos debe considerarse a los cuatro libros como uno solo. De hecho, en las versiones griega y latina se les llama "I y II Samuel" y "I y II Reyes".
Asuntos narrados
Este libro cuenta la historia de los reinos de Judá e Israel (a partir de 1R. 12), haciendo hincapié muy particularmente en la grandeza del reinado de Salomón (1R 1-11).
La historia de los dos reinos
Judá e Israel son considerados independientemente, y analizados en forma exhaustiva y completa. Se estudia un reinado de uno de ellos y a continuación se explica el del reino hermano en el mismo período.
Estructura
La descripción de los reinados sigue una pauta más o menos constante, pero algo diferente para cada uno de los reinos:
Reino de Judá
1. Sincronismo del rey en cuestión con su contemporáneo de Israel;
2. Edad del soberano al subir al trono;
3. Duración del reinado;
4. Nombre de su madre; y
5. Juicio religioso sobre su mandato.
Reino de Israel
1. Sincronismo del reinado con el de Judá;
2. Duración del reinado; y
3. Juicio (siempre negativo) que incluye una condena general de índole religiosa y una condena individual por haber continuado el error de dividir el reino.
Fórmulas de cierre
Son iguales para ambos reinos:
1. Referencias detalladas a los anales de Judá e Israel;
2. Muerte del rey y mención de su sepultura; y
3. Si corresponde, nombre del hijo que lo sucede.
Discordancias en la estructura
La rígida estructura de los Libros de los Reyes se viola sólo en tres oportunidades: a partir de la caída de Israel, durante el ciclo de Elías y al narrar la historia de Eliseo.
Intención del autor y doctrina
El escritor bíblico manipula libremente sus fuentes: a veces las nombra y cita, pero otras se aparta de ellas, las silencia y las omite.
Cuenta brevemente y con ligereza la expedición egipcia contra Palestina (1Reyes 14:25-28), relatando solamente el robo del Templo de Jerusalén por parte del Faraón y el modo en que se apropiaron de los escudos mandados a confeccionar por el rey Salomón. En cambio, no menciona en absoluto la decisiva batalla de Qarqar (853 adC).
La explicación es que los Libros de los Reyes no son en realidad históricos (una constante en esta sección de la Biblia) sino historias religiosas.
El autor se concentra en el Templo porque en él se consuma la relación del pueblo con Dios. Las normas del culto siguen al Deuteronomio y, en este sentido, el cumplimiento de la Ley (que se guarda precisamente en el Templo) y la reforma religiosa son el fin y el origen de la narración que el autor está redactando (al menos en su versión original).
Temas fundamentales
El concepto básico que transmiten los Libros de los Reyes se puede resumir con estas palabras: Un solo Templo y un solo Dios.
Como Reyes no es un libro histórico sino la demostración de una tesis teológica, la conclusión se lee, por ejemplo, en la plegaria de Salomón en la ceremonia de dedicación del Templo (1R. 8).
Cada reinado, a su vez, colabora con esa demostración, porque todos los reyes de Israel son condenados. De los de Judá, solo ve con buenos ojos el autor a ocho (los ocho que han enfrentado al paganismo, han ayudado al Templo o han sido fieles a la Ley). De los ocho, solo dos son alabados extensamente.
Salomón (1 REYES 1-11)
Salomón (llamado también Jedidías en el Tanaj, o Antiguo Testamento) fue el tercer y último rey de todo Israel, incluyendo el reino de Judá.
Construyó el Templo de Jerusalén fue célebre por su sabiduría, riqueza y poder.
Según la Biblia se le considera el hombre más sabio que ha existido en la Tierra.
Se le atribuye la autoría del Cantar de los Cantares, así como del libro de los Proverbios.
Es el protagonista de muchas leyendas posteriores, y se le considera también uno de los maestros de la Cábala.
En la Biblia se dice del rey Salomón que:
«Heredó un inmenso imperio conquistado por su padre el rey David, que se extendía desde el Nilo, en Egipto, hasta el río Éufrates, en Mesopotamia. (1 Reyes 4:21; Gén. 15:18; Deut. 1:7,11:24; Jos. 1:4; 2 Sam. 8:3; 1 Crón. 18:3)
Tenía una gran riqueza y sabiduría. (1 Reyes 10:23)
Administró su reino a través de un sistema de 12 distritos. (1 Reyes 4:7)
Poseyó un gran harén, el cual incluía a «la hija del faraón». (1 Reyes 3:1; 1 Reyes 11:1,3; 1 Reyes 9:16)
Honró a otros dioses en su vejez. (1 Reyes 11:1–2,4–5)
Consagró su reinado a grandes proyectos de construcción. (1 Reyes 9:15,17–19) »
El relato bíblico
Salomón fue el segundo de los hijos que tuvieron David y Betsabé. En la Biblia, el profeta Natán informa a David de que Dios ha ordenado la muerte a su primer hijo como castigo por el pecado del rey, quien había enviado a la muerte a Urías, marido de Betsabé, para casarse con su esposa (2Samuel 12:14). Tras una semana de oración y ayuno, David supo la noticia de la muerte de su hijo y consoló (redimio)a Betsabé, que quedó embarazada de Salomón.
La historia de Salomón se narra en el Primer Libro de los Reyes, 1-11, y en el Segundo Libro de las Crónicas, 1-9. Sucedió a su padre, David, en el trono de Israel hacia el año 970 adC (1Reyes 6:1). Su padre lo eligió como sucesor a instancias de Betsabé y Natán, aunque tenía hijos de más edad habidos con otras mujeres, sobre este punto podemos decir lo siguiente: el hecho que David no sucediera su trono al hijo mayor como la tradicion monarquica de la epoca indicaba pudo haber sido a causa de la carga interior de haber danado la vida de Betsabe, y ver en esto la oportunidad de parte de Dios de redimirla de tal suceso; tambiem podemos notar una vez mas que el corazon de David siempre estubo con Dios y la boluntad de El siempre la acato David, asi como recibio la muerte de su primogenito con Betsabe asi Dios lo redime a el dandole el futuro rey y al hombre mas sabio.
Fue elevado al trono antes de la muerte de su padre, ya que su hermanastro Adonías se había proclamado rey.
Adonías fue más tarde ejecutado por orden de Salomón, y el sacerdote Abiatar, partidario suyo, fue depuesto de su cargo, en el que fue sustituido por Sadoc al incluir a Sadoc como sacerdote se estaba restituyendo el sacerdocio a través de la línea Aarónica ya que este era descendiente directo de Eleazar hijo mayor de Aarón en cambio Abiatar su línea venia de Itamar el hijo menor de Aaron(I CRON. 24.1).
Del relato bíblico parece deducirse que a la ascensión de Salomón al poder tuvo lugar una purga en los cuadros dirigentes del reino, que fueron reemplazados por personas leales al nuevo rey.
En la Biblia se destaca la sabiduría de Salomón, y se cita como ejemplo el llamado juicio de Salomón (1Reyes 3:16-28). Asimismo se resalta la prosperidad de su reino, que coincidió con el momento de mayor esplendor de la monarquía israelita. Salomón se rodeó de todos los lujos y la grandeza externa de un monarca oriental. Mantuvo en general la paz con los reinos vecinos, y fue aliado del rey Hiram I de Tiro, quien le auxilió en muchas de sus empresas. Consolidó el poder político de Israel en la región contrayendo matrimonio con una de las hijas del faraón del Antiguo Egipto Siamón.
Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como lugar para la permanencia del arca de la Alianza (1Reyes 6), aunque destaca también la erección de un fabuloso palacio, en la que invirtió trece años, y obras públicas como la construcción de un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén. En sus construcciones participó un gran número de técnicos extranjeros, como albañiles y broncistas de Tiro o carpinteros de Gebal. Entre todos ellos destaca el arquitecto Hiram (1Reyes 7:13-14), y se importaron lujosos materiales procedentes de Fenicia.
Durante su largo reinado de 40 años, la monarquía hebrea tuvo su momento de mayor prosperidad económica. La seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron una amplia expansión del comercio hebreo. Se dice en la Biblia (1Reyes 9:28) que sus naves llegaron hasta Ofir, en algún lugar del Mar Rojo, donde cargaron 14.300 kg de oro, y el esplendor de su corte llamó la atención de la reina de Saba. Sin embargo, en la segunda mitad de su reinado, cayó en la idolatría, inducido por sus numerosas esposas extranjeras. De acuerdo con 1Reyes, 11:3, «tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y sus mujeres le desviaron el corazón». (1Reyes 11:3).
Este pecado fue, según la Biblia, la causa de que a su muerte se dividiera el reino de Israel. Jeroboam se rebeló y fue nombrado rey de diez de las doce tribus de Israel (todas excepto Judá y Benjamín). Como rey de estas dos últimas, con capital en Jerusalén, le sucedió su hijo Roboam, cuya madre era Naamá, ammonita.
Pero aunque cometió este pecado, se arrepintió y luego escribió el libro de Eclesiastés para aconsejar a otros a que no siguieran su ejemplo. Allí menciona «vanidad de vanidades, todo es vanidad» y esto se refiere a su vida inicua. Salomón escribe este libro como un testimonio y ejemplo de que las cosas de este mundo no son duraderas.